Una tarde se fue a mecer la vida
con su sonrisa de victoria sobre los mares
hablaba con la altivez de los que creen que existen
y que, en realidad, eso importa
presumía de los sueños y de habitar la luna solitaria
desde donde volvería sus pasos de niño
a repoblar los que le faltaran.
Por un instante, uno solo,
en algún cuadrante del matorral
me hizo pensar
que el amor
existe.
con su sonrisa de victoria sobre los mares
hablaba con la altivez de los que creen que existen
y que, en realidad, eso importa
presumía de los sueños y de habitar la luna solitaria
desde donde volvería sus pasos de niño
a repoblar los que le faltaran.
Por un instante, uno solo,
en algún cuadrante del matorral
me hizo pensar
que el amor
existe.