19.5.13

Conchudez

Van desandando tu vida los pasos sobre rencores y remordimientos, caminan en el desenfado de tus desatinos, en ese ajetreo torcido que tienen las culpas. Te pisan la calma, te siguen, te tumban, te halan debajo los sueños te aplastan las tripas para darle la vuelta al tiempo. Pero no. La regla de los días no tiene retroceso y lo sabes. Te resignas. De nuevo, como siempre, escapas. Te pintas la cara. Te vistes. Te pones la falda más corta. Te vuelves y sigues con pinta de yo-no-fui y esta soberbia conchudez que se pega a la piel cuando más ganas tenemos de regresar.


Cuánto silencio es necesario para escuchar tu propia voz. Esa suerte de melodía retorcida tiene mucho que decirte y no podrás escucharla si no paras de hablar.